Una de las batallas más destacadas en Los Caballeros del Zodiaco es la que se efectuó entre el santo dorado de Tauro, Aldebaran, y Seiya, durante la saga de las 12 casas del Santuario. Es una batalla destacable ya que allí Seiya logra despertar por primera vez el tan anhelado “séptimo sentido”, aunque por solo unos instantes.
En un principio, el Tauro dorado vence muy fácilmente a Hyoga, Shiryu y Shun, pero a la hora de enfrentarse a Pegaso las cosas cambiaron. Seiya no parece inquietar a Aldebaran, quien ni siquiera modifica su posee de pelea y logra atinarle una verdadera golpiza con solo estar de brazos cruzados. Pero a medida que trascurre la lucha, el santo de bronce rompe la posición de batalla del caballero de Tauro con sus “Meteoros Pegaso” y le propone una apuesta a Aldebaran: si lograba cortarle uno de los cuernos de su casco, él lo dejaría pasar a la siguiente casa. Tauro aceptó.
Aquí se empieza a ver la mayor técnica de Aldebaran: el “gran cuerno dorado”, el cual golpea a Seiya una y otra vez, sin que el santo de bronce pueda verlo. Pero gracias a la insistencia y a la perseverancia, Seiya logra despertar su séptimo sentido, ve el golpe de Tauro y consigue esquivarlo. En ese momento y con un golpe certero en forma de espada, Seiya consigue cortar el cuerno de Aldebaran, debiendo este cumplir su promesa y dejando pasar a Seiya hacia la siguiente casa.
Luego tiene un breve encuentro con los santos de bronce restantes (ya que solo dejo pasar a Seiya porque él le gano) a los cuales "generosamente" deja pasar luego de que estos congelaran sus manos en un acto de unión de cosmos.
En un principio, el Tauro dorado vence muy fácilmente a Hyoga, Shiryu y Shun, pero a la hora de enfrentarse a Pegaso las cosas cambiaron. Seiya no parece inquietar a Aldebaran, quien ni siquiera modifica su posee de pelea y logra atinarle una verdadera golpiza con solo estar de brazos cruzados. Pero a medida que trascurre la lucha, el santo de bronce rompe la posición de batalla del caballero de Tauro con sus “Meteoros Pegaso” y le propone una apuesta a Aldebaran: si lograba cortarle uno de los cuernos de su casco, él lo dejaría pasar a la siguiente casa. Tauro aceptó.
Aquí se empieza a ver la mayor técnica de Aldebaran: el “gran cuerno dorado”, el cual golpea a Seiya una y otra vez, sin que el santo de bronce pueda verlo. Pero gracias a la insistencia y a la perseverancia, Seiya logra despertar su séptimo sentido, ve el golpe de Tauro y consigue esquivarlo. En ese momento y con un golpe certero en forma de espada, Seiya consigue cortar el cuerno de Aldebaran, debiendo este cumplir su promesa y dejando pasar a Seiya hacia la siguiente casa.
Luego tiene un breve encuentro con los santos de bronce restantes (ya que solo dejo pasar a Seiya porque él le gano) a los cuales "generosamente" deja pasar luego de que estos congelaran sus manos en un acto de unión de cosmos.
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